''Mágico González'', porque el fútbol no es serio

En una época de crispación en la que el mundo se toma tan en serio el fútbol, viene a la memoria alguien para quien este deporte implicaba todo lo contrario.

Rechazó ofertas del Atlético de Madrid y del PSG para acabar recalando en el modesto Cádiz porque le parecían propuestas demasiado serias para alguien que venía del fútbol amateur salvadoreño. No era extraño verle llegar borracho a los entrenos e incluso un día se durmió en la salida de un córner en pleno partido. Jorge Mágico González (San Salvador, 1958) no fue un futbolista cualquiera. Y su fútbol, mucho menos.

“Elegí el Cádiz por mi forma de pensar”. Aterrizó en el Ramón de Carranza poco después de sorprender al mundo con la segunda (y, hasta la fecha, última) participación en un Mundial del pequeño país norteamericano. Desde el primer momento demostró que atesoraba tanto talento como indisciplina. “Me encanta la noche” explicaba hace pocos años. Imaginen como vivió mientras fue un veinteañero… Incapaz de controlar sus aventuras nocturnas, el club, resignado, acabó contratando a alguien para que lo despertara y no llegara tarde a los entrenamientos.

En ocasiones se escondía en las cabinas del DJ para evitar que su entrenador le encontrara en el tumulto de la noche gaditana. Hasta se quedó dormido. Nadie le negará su rápida integración. Se hizo amigo del famoso cantaor Camarón de la Isla y en todas las esquinas de la ciudad repartía saludos sinceros. Ni siquiera el descenso del equipo, en la temporada 1983/84 le hizo replantearse su carrera pese a la insistencia del PSG y del interés del Barcelona, que llegó a tenerlo a prueba junto a Diego Armando Maradona en una gira de verano tras la que quedaría descartado al protagonizar un incidente en un hotel estadounidense. Tras saltar la alarma antiincendios, Mágico fue el único jugador que no corrió al exterior del recinto. Le encontrarían, minutos más tarde, en la cama con una chica. “Yo no he sido” repetía.
Estuvo poco tiempo en Segunda División. Aceptó fichar por el Valladolid con una importante reducción del sueldo respecto al que percibían sus compañeros si le permitían vivir como a él le gustaba. Y tras un paso poco fructífero por la orilla del Pisuerga, deambuló por varios equipos suramericanos antes de regresar al Cádiz, en 1988, donde se quedaría hasta 1991, cuando regresaría a casa para retirarse, en el año 2000 en el FAS, cerrando una carrera que se alargó veinticinco años. Jamás jugó por dinero. Maradona le cita cuando le piden que nombre los mejores jugadores que ha visto. En Cádiz, y en muchas otras partes, nadie le ha olvidado.

Por muchos excesos que cometiera, el gran acierto de Mágico González fue que siempre supo que no todo puede comprarse. Y menos, la vida de alguien que la ama.| Nota Original tomada de una web Española.  

Share on Google Plus

Autor: Unknown

    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios :

Publicar un comentario